La economía de mercado es un sistema social cuyo núcleo nace en la propiedad privada de los medios de producción. Se caracteriza por: suponer que las personas que lo forman actúan con libertad y que sus acciones y conductas se dirigen a la satisfacción de las necesidades propias y del entorno; el sistema es conducido por el mercado, el cual dirige las acciones de las personas hacia los medios y maneras en las que se sirven y atienden mejor las necesidades de otras personas; la participación de la autoridad es limitada a un papel concreto, el gobierno está a cargo de preservar un funcionamiento espontáneo y proteger a las personas contra fraudes y ataques internos y externos, jugando de este modo un papel meramente protector. Dentro de una economía de mercado es posible la existencia de empresas de propiedad estatal, pero ellas estarán sujetas al mercado; si por ejemplo, el precio del petróleo baja, la empresa petrolera estatal no tendrá más remedio que seguir el mercado y reducir también sus precios.
La economía de mercado es un sistema libre de decisiones libres entre ciudadanos que llegan a acuerdos entre sí, cooperan entre ellos y realizan acciones que se dirigen a la mejor manera de llegar al bienestar propio y ajeno. Entonces, el mercado vendría a ser reconocido como un proceso que está formado por las acciones y las interacciones de las personas que cooperan entre sí dentro de un sistema de división del trabajo.
Los precios se encuentran dirigidos por las conductas de los actores en el mercado: la fuerza oferente y la fuerza demandante. Es así que, si la demanda aumenta es lógico que los precios también aumenten y viceversa; en caso la oferta aumente, se entenderá que si los demas factores se matienen iguales, los precios disminuirán por ecceso de producción en el mercado y viceversa.
Pero que ocurre cuando uno de los elementos oferente adquiere tal poder que puede manipular la conducta de la demanda. Ello ocurre con Wal-Mart por ejemplo, dado que al trabajar con proveedores cuya masa productiva es explotada, puede manejar rangos de prcio que le permite ser más competitiva que las demás empresas. Desde el punto de vista legal, este accionar no va encontra de las normas establecidas puesto que puede tomarse como una oportunidad aprovechada por una empresa para optimizar sus recursos, sobre la cual no existe regulación alguna con mayor claridad.
Por otro lado, desde el punto de vista ético, no puede considerar un buen accionar el contar con proveedores que se conoce explotan a sus trabajadores, que mantienen entre su fuerza laboral a menores de edad y que se fuerza al personal a cumplir con metas de producción sin importar que ello conlleve a horas eras obligadas sin derecho a mayor pago por las mismas.
Este es un área gris entre la ley y la ética, es decir, no existe concenso entre lo correcto y lo incorrecto estipulado en ambas bases.
La publicidad vinculada a los aspectos éticos
Cuando nos presentamos, es lógico el tratar de seleccionar de la mejor forma la información que brindamos de nosotros mismos; como cuando redactamos un currículum, somos concientes que no es aceptable utilizar datos falsos, pero sería absurdo incluir en él nuestros defectos; del mismo modo, ponemos especial atención en resaltar nuestros atributos físicos y conductuales.
Este tipo de opciones son también aprovechadas aunque en mayor grado por la empresas, al momento de invertir en publicidad, de crear y difundir sus mensajes. La Ley ampara la libertad de expresión y comunicación, del mismo modo que protege la economía de mercado. Es en este contexto, se pierde el sentido de la ética y se empieza a creer en lo que se quiere creer. Por ejemplo, las agencias de publicidad piensan que en el libre mercado tienen la obligación de cubrir las necesidades de sus clientes, en este caso las empresas que las contratan, pero no van mas alla de esta visión, muchas veces se pierden en el concepto de mercado y se olvidan del compromiso que tienen más que con sus clientes con el público al que dirigen sus productos y su responsabilidad de transmitir la verdad.
Así también, la empresas se sienten en derecho de difundir opiniones por el hecho de acceder al servicio publicitario y porque pagan por este servicio. En ocasiones el deseo de ganancia fácil o rápida es demasiado fuerte y provoca conductas poco o nada honestas. Debiera entenderse a la publicidades como un instrumento eficaz para difundir mensajes comerciales correctos, pero también se recurre a ella para lanzar mensajes negaitivos. Es así que se ingresa al mundo de las verdades a media y se cae en la tentación de usar en los mensajes la denigración o la imitación falsa de los rivales, la exageración o la omisión engañosas, usar imágenes impactantes que llamen la atención y provoquen el escándalo.
Por principio ético, se debiera comunicar la verdad de manera oprtnna y clara a los potenciales compradores; y no inducir a error al público. Es lícito promover un producto mediante la publicidad, ayudando al público acceder a los oferentes de los productos (bienes y servicios) que satisfagan sus necesidades. Pero la ey aún no determina de manera clara los límites que esta herramienta debe de considerar.
Es así, que las autoridades pertinentes debieran tomar cartas en el asunto para evitar que empresas como Wal-Mart hagan uso de la publicidad con una exagerada libertad de manera que se proteja al público consumidor.
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